viernes, 23 de noviembre de 2007

Abajo el telón...!

Abajo el telón, grita el director para anunciar que la obra ya terminó. Abatido ha de sentirse el Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, tras recibir un tercer desplante en el escenario internacional, que lo deja sin guión ni argumentación alguna para tratar del alcanzar su sueño de ser considerado un líder mundial y continental.

Vale la pena recordar que el primer desaire que recibió Chávez fue durante la Cumbre Iberoamericana, celebrada en Chile, cuando el rey de España Juan Carlos de Borbón le mandó a callar. Este incidente ha sentado un precedente importante en el escenario internacional, ya que algunas figuras importantes, como el ex presidente de México Vicente Fox, han comenzado a manifestarse abiertamente sobre la manera como está siendo percibido en el ámbito internacional el presidente venezolano.

El segundo desaire que ha recibido Chávez en el escenario internacional, también de parte de un rey, el Saudita Abdullah Bin Abdullaziz, quien le señaló al Comandante Presidente que se había pasado, en clara referencia al discurso presentado en la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno. Chávez no logró que sus ideas de cambiar la cotización de la cesta petrolera del dólar al euro y de convertir a la OPEP en un actor político fueran mencionadas en la Declaración de Raid.

Finalmente, el tercer y más duro golpe que ha recibido el Comandante Presidente, durante el presente mes de noviembre, ha sido la decisión tomada por parte del gobierno colombiano de retirarlo como mediador en la liberación de los rehenes. Este hecho, sin duda alguna, le arrebata la mejor oportunidad de consolidarse como líder continental, y de asegurase una buena fachada ante el mundo y el continente como hombre de paz, ocultando así sus verdaderas y más oscuras intenciones sobre Colombia.

No le resta otra cosa más que hacer al excelentísimo Comandante Presidente que improvisar para poder mantenerse o volver a ganar centimetraje en el escenario mundial. Por ahora ha vuelto al país con el rabo entre las piernas

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